¿En serio no puedo hacerlo?
No es un viaje en el tiempo, sino en el espacio
Existe una predisposición a crear sabidurías reservadas para unos cuantos. Nos fascinan las historias de los iniciados y queremos pertenecer a grupos que marcan el rumbo de la humanidad. Mistificamos aquello que nos es maravilloso y ajeno, pero una vez que entramos en contacto con ello, lo reconocemos, lo manejamos, lo descubrimos en su acontecer mismo.
Este proyecto es una lucha permanente contra quienes quieren hacer a la realidad más misteriosa de lo que es. Si ya no reservamos la reflexión de los quehaceres humanos a los sabios, nuestra tarea será desenmascarar a quienes quieren ocultar a lo obvio para vendernos cuentas de vidrio: los publicistas.
La publicidad nos brinda hermosas narrativas para comprar. Nos hace parecer ajenas cosas tan básicas como hacer tu propio café. Nuestro posicionamiento revolucionario va más allá del consumismo desmedido: cualquiera puede hacer buen café.
La catación y el barismo no son asuntos de iniciados.
Porque el buen café es, simplemente, aquel que nos gusta.
Ni más ni menos.